Las autopistas. Me hacen pensar en la congregación de lo humano, algo secular en la irreverencia de los árboles, la extraña esperanza de lo unido, vehículos que adelantan paisajes para siempre anónimos, la sorpresa de uno mismo entristecido por lo manifiesto, mi idea del transcurso es el sonido momentáneo, asfalto contra cielo, que en otro tránsito, combustiona palabras de humo, como estas, volando a metro y medio del suelo, feroz anuncio del motor en nuestro siglo de las máquinas. Antes las cosas fueron una ciudad, bruma porque el clima, luego porque ya es antes, ahora pertenecemos a otra, y no sé porqué regresa mi papá a exigir el sujeto, el verbo, lo argumentado, mientras yo, creo que es mejor mirar por la ventana, imaginar que converso con marías y reescribo la aves de un día; las manos son un calendario.
Las reses acá se parecen tanto a las de allá, pero el tren tiene su característica en el silencio, y esto no es un tren, ni soy ya un turista perdido entre una ciudad Suiza y una frontera, entonces reparo en una cuestión menor ¿por qué he decidido no cerrar al término la puerta o apagar el horno cuando el pan se ha tostado? ¿qué trae de la muerte cercana de las cosas queridas, un último verso, qué dice del fin de un verano, la migración, la mudanza?
29.10.07
18.10.07
A B C
a
Cómo es que si la noche ocurre, ocurren también las sucesiones de palabras, como decir cuervo que bien podría haber sido ave blanca, pero lo gratuito, convengamos, no existe, en esta observación, donde la música es una marea que se manifiesta, dándole nombre a mi ignorancia de las especies.
b
Imaginemos un lugar donde la gente abarrota la acepciones y nace un idioma imposible, pronombre singular y respectivas conjugaciones, la acera de un barrio se distingue del otro con prefijos posesivos, según corresponda y para cada caso,
c
convención, efecto durante la noche que ocurre porque ocurre la palabra, qué olvidados estábamos, hace años uso la palabra mar significando nunca fuimos al mar juntos ni compartimos la merienda. El punto fue la excusa para darle aire de compás a una prosa, recordar tu gesto Lempicka medieval en pleno siglo XXI.
Cómo es que si la noche ocurre, ocurren también las sucesiones de palabras, como decir cuervo que bien podría haber sido ave blanca, pero lo gratuito, convengamos, no existe, en esta observación, donde la música es una marea que se manifiesta, dándole nombre a mi ignorancia de las especies.
b
Imaginemos un lugar donde la gente abarrota la acepciones y nace un idioma imposible, pronombre singular y respectivas conjugaciones, la acera de un barrio se distingue del otro con prefijos posesivos, según corresponda y para cada caso,
c
convención, efecto durante la noche que ocurre porque ocurre la palabra, qué olvidados estábamos, hace años uso la palabra mar significando nunca fuimos al mar juntos ni compartimos la merienda. El punto fue la excusa para darle aire de compás a una prosa, recordar tu gesto Lempicka medieval en pleno siglo XXI.
4.10.07
Hoy
No sé lo que digo,
a lo sumo estructuras mínimas
levantadas del polvo,
parentescos semánticos
entre una sitio hoy
y la nostalgia mañana.
Flota el significado de una nada,
parecida a los dedos
que le dieron sentido
al acto premeditado de
ayer madrugada honda,
aparente renuncia
a la soledad y al olvido;
piedra que se talla y se talla
para decir piedra.
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