16.11.10

Phronēsis (Greek: φρόνησις)

sólo alguien que queda hipnotizado por la belleza, o por el horror, inventa otra dermis maquillada de profundidad, pero no es más ni menos delirio, esa piel que alguno cree que tiene, y se sabe, nada tiene, talvez trazos de algo, intuición de que algo ocurre, algunas voces que cree, la voz es fe, pura fe, no es otra cosa que los trazos arbitrarios, en estas condiciones es claro que sería vacío utilizar la palabra absurdo, sería tan bruto como estar a la lluvia y gritar ¡rama crece! o cortarse el brazo y sangrar, es fe el presente, detenido el día, entre lo que ha sido y no es, se encuentra que ya no es nada decir,

12.11.10

zoología


Acabo de demoler el mito, no son pasos de gigante, ni siquiera el azar juega, en realidad hacemos de nuestra imagen nuestra imagen, y nunca llegamos a ver a otro, ni aún cuando decimos el almendro y compartimos lo mirado, esa frontera igual que las de un mapa, que en el mundo del relieve y de las formas no se encuentra, la realidad es el triunfo del traslape, la consagración de lo confuso, el ultimátum que nos hace ver como primates si decimos singular particular plural, etc.

25.10.10

deterioro

Nada nos salva del deterioro; cimentada la alegría de un roce con tus ojos, una ventana sucia que yo supe ausente, pero para verte ahora como antes, como cuando el polvo acribillado por dos rayos de sol, tuve que construir esa ventana que al abrirla me ciega y al cerrarla me ilumina. No es posible tanta belleza de la mecánica, a dónde me ha llevado un resorte y un prisma, es ridículo confesar que mi ojo es Galileo maravillado ante tu impresionante nariz: observo la concavidad de una óptica aberrada, es como ganarle dos jugadas a la muerte, pero a resignarnos a tomar esto que yo no hice, esta huella falsa, que a lo sumo liberé el mecanismo, el sombrero del que creí sacar un conejo, pero sólo ocurrió el sombrero. No sé por qué espero un códice, si no has dicho nada, la parcela gestual de un dolor que tuviste, entonces no supe quién eras y hoy tampoco.

14.10.10

Digámoslo

foto: e. ch.



Estoy condenado a una sustitución permanente, digámoslo: me encantaría usar la palabra infinito, pero gente así me provoca desconfianza. Cómo habré de describir a las especies, cuando lo que me queda es la especulación de unas cuantas plumas, vos cerrás los ojos, aunque eso sea imposible, porque entre lo oscuro y lo sensible sigue el paso indefectible y finito de las horas, pero gente así, digámoslo, también me seduce, como cuando un hijo se pone ropa ridícula y sale a la calle, o cuando un perro cree que lo amamos.

4.10.10

otro


Pienso en la combustión: Vos me mirás, luego la risa me explica 100 razones para las que soy sordo, pero hoy es viernes Ovidio, nunca es temprano ni tarde para te reconocer ausente. Pienso en las llaves tiradas y en el estatus de verso que puede adquirir el cuero ingrato de un par de zapatos. Juro que hay una música que subyace a la idea de tu compañía, una repetición natural que otros denominan respirar.

23.9.10

esto y lo otro



La casa no es la casa, son los grillos; quiero decir la suposición de grillos en la bruma. Pero el grillo no es el grillo, es la comprobación de la oscuridad y lo húmedo, el grillo es el eco que da concreto a lo concreto. El cuaderno es el tacto y las hojas olvidadas; nuestro amor no sería nada si no nos nombraran los grillos. Decir una palabra al azar, me lleva a las condiciones climáticas y tengo certeza de estar siempre precario, viendo gotas finitas.

29.4.10

hacia atrás



Comienzo esto en la penumbra, decir madre es innegable, pero la penumbra también es madre, el camino filial es piedra en vez de ojo, vamos a donde queremos, pero ya sin manera de afirmar que esto es sólido, retomo las palabras de no sé quien que dice: comienzo esto en la penumbra.