La casa no es la casa, son los grillos; quiero decir la suposición de grillos en la bruma. Pero el grillo no es el grillo, es la comprobación de la oscuridad y lo húmedo, el grillo es el eco que da concreto a lo concreto. El cuaderno es el tacto y las hojas olvidadas; nuestro amor no sería nada si no nos nombraran los grillos. Decir una palabra al azar, me lleva a las condiciones climáticas y tengo certeza de estar siempre precario, viendo gotas finitas.