Foto de Luis Diego Matarrita
Aclaremos un asunto primero: yo no escogí sentarme a la par tuya, jamás pude saber, que de tal manera te podía cautivar un libro cautivo de Juarroz, reposado en un bultito de cuero, que fuera por muchos años de un papá argentino que nunca tuve, que seguramente fue escritor y borracho y que habría empeñado su bultito de cuero, este, justo este que ahora tiene la dicha del reflejo de tu ojo izquierdo y del orificio izquierdo de tu nariz grande y quebrada, adornando el broche herrumbrado. Aclaremos que el bulto guarda hace semanas (el bulto hace semanas),recibos de agua vencidos, rollos de película listos para revelarse desde hace ya algunos años, monedas devaluadas, cartas de amor sin enviarse, llamadas a larga distancia sin responder, partes del Museo del Prado que robé sin ser capturado luego y algún que otro pájaro que vela la conciencia. Aclaremos también la palabra contexto, la palabra próxima parada, la palabra compuesta de esto es un bus y en cualquier momento te bajas, convirtiéndonos así en un cuento sin contenido, ergo: un cuento que nadie escribiría nunca. Aclaremos que yo hubiera preferido que fuera Febrero, transcurriendo este gris Octubre, mientras especulaba, viendo tu reflejo en el broche, acerca del mes que vos hubieras preferido.
¿Quiere usted terminar la historia? Se recomienda escuchar esta canción por aquello de la inspiración. (verso sin esfuerzo) Así como ciertas imágenes cotidianas.